Otro año más, repetimos la experiencia del debate,
una de nuestras actividades favoritas, pues es dinámico, instructivo
y no falta lo que más nos gusta: platicar. En mi opinión, los
debates son el punto más entretenido de lengua y literatura, pues
con ellos, a parte de trabajar un tema, aprendemos a redactar y a
expresarnos oralmente delante de un público.
El tema del Toro de la Vega era un problema para los
desafortunados que íbamos a favor, pues teníamos que defender lo
indefensable! Pero tengo que decir que tanto nuestro grupo, como el
otro grupo del “sí” fuimos sorprendéntemente los más
convincentes. Desde mi punto de vista, yo que estoy en contra de la
tauromaquia, los grupos del “no” podrían haber trabajado más el
tema, pues era fácil ganar el debate. Por otra parte, aunque al
principio no tuviera ni ganas de hacer la argumentación a favor, el
debate me ha ayudado a entender otros puntos de vista sobre el Torneo
de la Vega, aunque sigo sin excluirme del grupo que votaría por un
no a la fiesta. La verdad es que ninguno de mis argumentos me
convenció, no parecía yo la que hablaba. Probablemente hubiera
tenido más facilidad yendo en contra, pero no creo que me lo hubiera
pasado igual de bien que defendiendo una causa la cual odio.
Sea como sea, ¡me han quedado las ganas de repetir
pronto la experiencia del debate!
Acabaré dejando mi argumentación a favor del Toro de la Vega, ¡pero no sin antes repetir que esta NO es mi postura real sobre la fiesta!
“Si
nos quitan esto, Tordesillas se muere”. Estas son las palabras de
un tordesillano que defiende su tradición, que defiende su pueblo.
Otros vecinos como Jesús López, afirman que esta tradición les ha
llegado desde sus padres y abuelos y ahora está que está en su
poder, se debe conservar y potenciar la fiesta. López añade que el
torneo morirá cuando los habitantes de Tordesillas así lo decidan,
pues el festejo tiene un gran apoyo popular que hace que, año tras
año, una riada de gente inunde las calles del pueblo. A demás, el
toro es un animal, ¿A caso hay que tratarlo como si de un ser humano
se hablase? Ellos nacen y crecen para participar en esta festividad,
así como una vaca nace para ser ordeñada y parir, o un cerdo nace
para luego matarlo y que nos sirva de sustento. Aunque también están
los vegetarianos, que simplemente no comen carne, y así deberían
hacer los que van en contra de esta tradición: simplemente no
participar en ella, pues no hay ninguna horda de vegetarianos detrás
de un matadero para conseguir que no maten a un cerdo, ¿o sí? Esta
es la realidad, y no hay nadie protegiendo los derechos de un cerdo,
ni lo habrá.
Por
otra parte, además, el toro y los participantes se enfrentan en
igualdad de condiciones: el humano cuenta con una lanza y el toro con
su defensa natural, los cuernos, sin contar su peso el cual suele
quintuplicar el de una persona. Hablando de la igualdad de
condiciones, añadiré algo que probablemente muchos desconocen.
Seguramente muchos pensareis que todo el pueblo persigue al toro,
armado con lanzas, ¿verdad? Que como si de una horda salvaje se
tratara, lo acribillan y masacran. Pues bien, eso es mentira. El que
se enfrenta cara a cara con el toro es un solo hombre, que va sin
caos ni burlados y al que se aplica la vieja surte taurina que solo
queda en Tordesillas.
Para
acabar, puedo añadir que el Torneo de la Vega es el centro
neurológico de la tauromaquia en España; que cuando ésta caiga,
caerán el resto de festividades de este tipo y por eso tanta gente
ataca el torneo. Como ya he dicho antes, el Toro de la Vega tiene un
gran apoyo en toda España. En 2012, se lograron más de medio millón
de firmas para declarar Bien del Interés Cultural a los toros. Con
esta pasión taurina española aún vigente, que reúne a 35.000
personas cada año en Tordesillas, sabemos que ni el pacma, ni el
gobierno, ni nadie acabará con esta tradición.
Buen trabajo, Laura.
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